domingo, 3 de septiembre de 2017

China: la tarea de sacar a 43 millones de personas de la pobreza en 2020


Por Jorge Olmos

Es requisito fundamental para alcanzar el socialismo, mejorar las condiciones de vida de la población y alcanzar la prosperidad de la sociedad en su conjunto.

Esta tarea pasa por la erradicación de la pobreza, un objetivo que China promete cumplir en 2020, año en el que aspira haber sacado a más de 43 millones de habitantes de la condición de pobreza, especialmente en las zonas rurales donde se concentra este flagelo.

Durante su intervención en un seminario de alto nivel preparatorio para el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) celebrado el pasado primero de agosto, el presidente Xi Jinping recordaba que para cumplir el compromiso de “Construir una sociedad moderadamente próspera para 2020” es necesario, entre otras cosas, reducir la pobreza y luchar contra la contaminación ambiental. El mandatario agregó que una vez alcanzado este objetivo, el Partido y el pueblo de las diferentes etnias del país (56 en total) estarán motivados para concluir la transformación en un país socialista moderno en 2049, centenario de la fundación de la República Popular China.

De acuerdo con cifras publicadas en octubre de 2016 por la Oficina de Información del Consejo de Estado en su informe "China's Progress in Poverty Reduction and Human Rights”, desde que se instauró la política de Reforma y Apertura en 1978, más de 700 millones de habitantes rurales salieron de la pobreza, 70% de las cifras globales de reducción de este flagelo. La reducción, entre 2013 y 2016 en las áreas rurales, alcanzó un total de 55.64 millones de habitantes.

No obstante, aún la sociedad china tiene el reto de elevar el nivel de vida a más de 43.35 millones de personas en las zonas rurales, aún bajo el umbral de la pobreza.

Primeros pasos de la Revolución contra la pobreza

Históricamente, la población pobre en China se ha concentrado en el campo. Al triunfo de la Revolución, en 1949, las necesidades económicas y el analfabetismo caracterizaban a una sociedad rural de 500 millones de personas. Previo a la Reforma y Apertura de 1978, entre el 40 y el 50% de los residentes rurales no contaba con una nutrición adecuada, situación que afectaba a las regiones centrales y occidentales del país.

Con el fin de resolver este problema, en 1986 el Gobierno avanzó en un plan de alivio de la pobreza mediante planes de desarrollo centralizados, con fondos dirigidos a apoyar el avance económico y social en las zonas empobrecidas, regiones fronterizas y territorios habitados por minorías étnicas, mediante políticas de apoyo financiero. Estas medidas facilitaron el incremento del ingreso neto per cápita a la población elevando la calidad de vida, por lo menos a niveles de satisfacción de las necesidades de subsistencia elementales entre la población campesina más pobre. Los resultados fueron notables, de 125 millones de pobres en 1985, se pasó a 60 millones en 1993 y a 32 millones de habitantes en al año 2000 (8,9% de la población).

Eliminar la pobreza absoluta en las zonas rurales

En noviembre de 2015, el Comité Central del PCCh y el Consejo de Estado emitieron la “Decisión para ganar la batalla de la lucha contra la pobreza”, para erradicar la pobreza rural en 2020. Para ello afinaron varias estrategias que incluyen aspectos económicos-financieros como la exención global de impuestos a los agricultores, la implementación subsidios para los sectores empobrecidos como campesinos, mujeres, minorías étnicas, personas de la tercera edad y niñez en condición de pobreza o abandono.

Las personas necesitadas en zonas con entornos desfavorables, ecosistemas frágiles, o que carezcan de condiciones para producir y subsistir, son trasladadas a regiones más idóneas para salir de la pobreza. Esta relocalización, traslado, hacia nuevas ubicaciones urbanas o periurbanas, incluidas dentro de los planes de desarrollo locales, regionales y nacionales, en 2016 beneficiaron a 2,49 millones de personas.

En materia de empleo, la población pobre, especialmente los jóvenes, reciben ayuda para encontrar empleos en los sectores secundario y terciario que incluyen formación técnica y profesional. La administración pública en todos los niveles ha mejorado el acceso a la educación a los sectores de menores ingresos, asignando recursos para infraestructura educativa, preferencias y subsidios para estudiantes de zonas rurales, remotas o de difícil acceso, que benefician a hijos de campesinos, mujeres, personas con alguna discapacidad y minorías étnicas.

En vista de la incidencia de los costos de los servicios de salud en el retorno de la población vulnerable a la pobreza, el gobierno optó por un sistema de seguro médico cooperativo que abarca al 97% de los residentes rurales con cobertura plena en caso de enfermedades graves. El gobierno central ha asignado recursos destinados al mantenimiento de 110.000 instituciones rurales de salud, construcción de infraestructura y mejoras en el servicio de salud.

Otra experiencia útil ha sido el apoyo de distritos, municipios y provincias con mayor desarrollo e ingresos (fundamentalmente del este) a sus pares menos desarrollados o con altos índices de pobreza del centro y el este. Se trata del aporte de recursos financieros, técnicos o profesionales (que incluyen traslado de recursos humanos) para el desarrollo de las potencialidades comparativas en sectores como el turismo, la agricultura, la manufactura, entre otros. A este programa se ha sumado el sector empresarial que ha puesto a disposición de la iniciativa sus plataformas productivas para derrotar la pobreza a nivel nacional.

Sin duda iniciativas como la Franja y Ruta de la Seda, el impulso a la innovación, el establecimiento de nuevas áreas de desarrollo, junto con una férrea lucha contra la corrupción contribuirán a cumplir el ambicioso plan de la dirigencia china de alcanzar un nivel de vida modestamente acomodado en las zonas rurales. Entonces la tarea será enfrentar la disparidad de ingresos entre regiones, la brecha económica urbano-rural y la pobreza relativa, es decir, amainar o erradicar desigualdades, en una sociedad definida como Socialismo de Mercado.

Fuente: Telesur

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