viernes, 19 de enero de 2018

¿Es la Nueva China un País Socialista?


Por Manuel Corpa

El hecho más sobresaliente en la esfera política internacional, desde 2016 hasta hoy, ha sido la aparición de China como un actor central en el panorama tanto mundial como regional. Sólo en el mes de septiembre de 2016 se publicaron los siguientes 5 hechos relevantes, que muestran su “gran salto adelante”.

La cumbre del G20.

Por primera en la historia de esta institución, la reunión fue presidida por China. El G20 ha pasado a ser el principal instrumento para la gobernanza internacional, dejando al G7 en un segundo y alejado lugar. Los estadounidenses, con Obama, quisieron destacar, como acostumbran, pero no lo consiguieron.

En el Comunicado final se felicitó a China porque el FMI había acordado la inclusión del renmimbi en la cesta de monedas de los derechos especiales de giro (DEG)

La cumbre de la ASEAN.

A pesar de que los estadounidenses trataron de enturbiar las aguas del debate, intentando que figurase en la agenda de la institución el tema del Mar del Sur de la China, la cumbre les hizo caso omiso y siguió su curso previsto.

El lanzamiento del laboratorio espacial Tiangong-2

El laboratorio espacial chino fue creado dada la negativa de los yanquis a permitirles que participasen en el laboratorio internacional. Resulta que la fecha de caducidad del EEI es el 2020, aproximadamente. Cuando deje de funcionar, el laboratorio chino será el único que quedará en funcionamiento.

El lanzamiento del satélite de comunicación quántico, y el radar quántico.

El satélite de comunicación quántico capta si las comunicaciones son espiadas.

El radar quántico es capaz de detectar a cualquier avión, incluidos los llamados silenciosos. Por tanto, éstos han quedado obsoletos.

Ejercicios conjuntos en el Mar Meridional de China, de las marinas de China y de Rusia. Es la primera vez que se produce este acontecimiento tan relevante, lo que ha elevado las alarmas de los yanquis.

En el año 2017, la presencia y las propuestas chinas en las instituciones internacionales fue destacada. Cabe citar:

La Cumbre en Marruecos sobre el cambio climático,

La Cumbre de la ASEAN Plus (asociación de naciones del sudeste asiático + otros países),

La reunión de la APEC (países del Pacífico),

La Cumbre de los BRICS, (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica),

La Reunión de la OCS, Organización de Cooperación de Shanghái, a la que se han incorporado en 2017 India y Pakistán,

Las de China-África y China-Celac, (países de Latinoamérica y Caribe), que tan poco le gusta al Imperio,

La Cumbre de los 16+1 (China + países del Centro y Este de Europa, que incomoda a Alemania),

FMI y Banco Mundial, El G-20, la Cumbre de Davos,  Etc.

Panorama que, siendo brillante, cabría ampliarse con el ambicioso proyecto de la Franja y la Ruta terrestre y marítima, propuesto por el Presidente chino y Secretario General del PCCh, Xi Jinping,  que ha conllevado,  la creación de un banco que en diciembre de 2017 agrupa ya a 84 países, para financiar infraestructuras por doquier y del que se beneficiarán numerosos países.

Y completarse con las innumerables reuniones internacionales con los Media, inter-partidos políticos, inter-parlamentarios, inter-judiciales, Etc.

Y como broche de oro final, el XIX Congreso del PCCH donde han abierto perspectivas  políticas y sociales hasta el año 2035 y el 2049, año del centenario, en el que se proponen alcanzar una sociedad socialista desarrollada.

Lo anterior justifica que la pregunta "¿superará China a los EE.UU. en el siglo XXI?" con sus variadas respuestas está en la mente y en los libros de los analistas internacionales de la geopolítica.

En este horizonte de incierta expectativa, donde la influencia de China puede ser decisiva para la evolución de las naciones y de la gobernanza mundial, para los marxistas cobra mayor importancia el debate sobre si China es un régimen socialista o capitalista. Y es así, porque su respuesta influye en la confianza hacia el socialismo a nivel mundial.

Avanzaré mi punto de vista de una manera sucinta, dejando para posteriores artículos el desarrollo del tema, pero antes haré una llamada de atención sobre la extendida tendencia a equiparar socialismo=modelo soviético, que tanta confusión trae y que, dado el fracaso de la URSS, tanto dificulta a la recuperación del atractivo del socialismo en vastos sectores de la Humanidad.

¿Qué diferencia a un Estado socialista de uno capitalista? Desde la teoría marxista, el Estado surge históricamente con la existencia de clases sociales con intereses antagónicos. Aunque el Estado se coloca aparentemente por encima de la sociedad, suele estar al servicio de la clase dominante. Los Estados capitalistas, en cualquiera de las formas adoptadas; república o monarquía, dictadura o “democracia”, están al servicio de la clase plutocrática.

El Estado socialista es un Estado en transición desde la sociedad capitalista al comunismo, sociedad utópica caracterizada por la carencia de clases con intereses antagónicos, y por tanto sin Estado, sin fronteras, Etc. Así pues, la sociedad socialista cubre el período histórico, previsiblemente largo, que va desde la conquista del poder por las clases trabajadoras (y aliadas) hasta la desaparición del propio Estado que sobrevendría, paulatinamente, con el fin del antagonismo de clases que lo hizo aparecer.

¿Qué características básicas debe tener un Estado socialista? En mi opinión tres son las características imprescindibles. Dos de ellas objetivas, y una subjetiva.

Características objetivas:

a) Que el poder,  Gobierno (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, prensa…) y fuerzas armadas no estén al servicio de los intereses del capital y

b) Que sea un régimen meritocrático. “De cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo”. Es decir que carezca de privilegios o luche para acabar con ellos.

Característica subjetiva:

Que el partido o fuerzas que logren alcanzar el poder tengan en mente superar el capitalismo, dando pasos hacia el comunismo.

A mí no me cabe duda de que China cumple sobradamente las tres características citadas. Cabe discutir el grado o la calidad de ese cumplimiento, pero no su existencia.

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