lunes, 2 de abril de 2018

Sobre la visita de Kim Jong-un a China

Por Pablo Rovetta Dubinsky

Al final se ha confirmado oficialmente lo que en primer lugar dio a conocer al mundo la prensa japonesa -como siempre una de las principales fuentes de información sobre China-, la visita del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, a Beijing desde el pasado domingo.

No voy a entrar en los aspectos relacionados con la gran importancia de esta visita desde el punto de visto político y la trascendencia que tendrá en la península coreana, Asia oriental, el mundo entero, y en especial en el papel de los Estados Unidos y su Presidente en este tema.

Para ello ya se están escribiendo y se escribirán ríos de tinta. Sólo me limitaré a definirla como verdaderamente histórica. Pondré en este caso el énfasis en destacar algunos detalles, en teoría sin mucha importancia, pero que como siempre en la vida política china importan mucho.

1. Desde el año 2011 ningún líder de Corea del Norte había visitado China. En efecto, entre 2010 y 2011, Kim Jong-il, padre del actual dirigente, realizó cuatro viajes a la República Popular.

2. La aceptación por parte china de las sanciones a Corea del Norte, en un determinado momento, llegaron a presagiar una ruptura entre los viejos aliados, parecida a la que tuvo lugar entre China y Albania en 1978. Desde el año pasado, sin embargo, se habían visto signos de un cierto deshielo, en especial cuando Kim Jong-un fue uno de los primeros en felicitar a Xi Jinping tras el XIX Congreso del Partido Comunista de China, y más recientemente tras su reelección como Presidente de la República Popular China.

3. El hecho de que la visita haya sido "no oficial" y secreta, anunciándose sólo al final de la misma, no es nada nuevo en las relaciones entre los dos países, aunque no siempre ha sido así, en especial en la época de Kim Il-sung, abuelo del actual lider, y de Mao Zedong, cuando decenas de miles de personas salían a la calle para darle la bienvenida.

4. Destacan en las conversaciones y en el comunicado oficial, que ambas partes han mencionado siempre en primer lugar las relaciones entre Partidos, y sólo en segundo lugar entre ambos países. También las dos partes usaron siempre primero los títulos de ambos dirigentes en sus partidos, y utilizaron el término "camaradas". Esto demuestra que a pesar de las grandes diferencias entre los procesos de China y Corea del Norte, ambos países muestran una afinidad "ideológica" que va más allá de las relaciones "normales" entre dos Estados.

5. A pesar de ser una visita "no oficial", tuvo lugar un acto solemne de bienvenida en el Gran Palacio del Palacio, con la interpretación de los himnos nacionales y un paso de revista al ejército chino por parte de Kim. Fue en ese sentido, en la práctica, una visita similar a las que otros líderes realizan a China.

6. La presencia de las esposas de ambos dirigentes, le confiere un carácter mucho más cordial a la visita. Lo mismo podemos decir de la asistencia de Kim y Xi a un espectáculo artístico, algo que el Presidente chino no hace con frecuencia cuando recibe a jefes de Estado de otros países.

7. Lo mismo podemos decir del hecho de que Xi y su esposa despidieron en persona al matrimonio Kim.

8. Destacan en las conversaciones el deseo de Xi Jinping de incrementar los contactos con Corea del Norte, y su aceptación de visitar Pyongyang "en un momento adecuado".

Termino con dos breves reflexiones:

1. La visita ha sido un éxito de la diplomacia china y consolida la posición del Presidente Xi Jinping en el mundo. Al mismo tiempo es también un éxito diplomático para Corea del Norte, que rompe así con su aislamiento.

2. En pleno siglo XXI, con los medios más modernos de comunicación, con miles de satélites en el espacio, servicios de inteligencia de todo el mundo en la capital china, China ha sido capaz de mantener en secreto los principales detalles de la visita -las ceremonias, reuniones, espectáculos, visita de Kim a una exposición, etc.-. Sólo se llegó a saber -nunca de forma segura- o especular, que Kim estaba en Beijing, pero no se supo nada durante cuatro días de los detalles de esta visita. Eso era comprensible, por ejemplo, cuando Kissinger realizó su famosa visita secreta a China en los años 70, pero parecía imposible en los tiempos que vivimos. China, en este sentido, nunca termina de asombrarnos.

Fuente: Reflexiones orientales - http://www.pablo-rovetta.com

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